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¿Qué es?

La planta del tabaco pertenece al género Nicotiana, familia botánica de las Solanáceas. Esta planta tiene grandes hojas y hermosas flores, además de una gran altura, igual o mayor que la de una persona adulta.

Esta planta es la única que sintetiza y luego conserva en sus hojas secas un potente alcaloide que recibe el nombre de nicotina y que da el nombre a su género vegetal.

Existe una gran diversidad de variedades del género Nicotiana (más de 60). Las dos más importantes son la Nicotiana Tabacum, de la que se extrae el tabaco comercial y la Nicotiana Rústica, que no se utiliza tanto por su sabor menos agradable.

Durante años, las hojas de esta planta se consumían aspirada en polvo muy fino (rapé), o se mascaban (tabaco de mascar). También se pueden fumar en forma de puros: cigarro formado en su integridad por tabaco, tanto en su contenido como en su envoltura, en forma de cigarrillos: con el contenido de tabaco, pero el envoltorio de papel o en las pipas de fumar.

Pero no solamente el tabaco se utiliza para fumar, con sus hojas pueden hacerse cuadernos, hojas, libros, agendas, etc... Es similar al papel y el perjuicio sobre el medio ambiente es menor.

Los componentes del humo del tabaco

Del humo que se desprende de la combustión del tabaco se desprenden un gran número de sustancias (se habla de 3.000-4.000), aparentemente todas ellas negativas excepto el vapor de agua, pero vamos a centrarnos en aquellas cuya influencia sobre la salud del fumador (activo o pasivo), existe en la actualidad evidencia científica.

1. Alquitranes

Son las sustancias responsables de la aparición de los diferentes tipos de cánceres atribuibles al tabaquismo; se clasifican en tres categorías diferentes según su papel en el desarrollo de éstos cánceres:

Iniciadores: sustancias cancerígenas que, por sí mismas, tienen capacidad para generar células tumorales; entre ellos el alfa benzopireno

Promotores: sustancias que actúan estimulando la acción de las células tumorales;

Cocarcinógenos: sustancias que son incapaces por sí mismas de desarrollar una acción cancerígena, pero favorecen el desarrollo de las células tumorales producidas por los iniciadores.

2. Monóxido de carbono (CO)

Se trata de un gas incoloro, muy tóxico, que se desprende de la combustión del tabaco y del papel que envuelven al cigarrillo.

El CO penetra en la sangre a través de los alvéolos pulmonares, y se une a la hemoglobina desplazando al oxígeno, con lo que la oxigenación de los tejidos se ve muy dificultada.

Por su toxicidad se está empezando a tener en cuenta la aparición de la concentración de CO en los paquetes de tabaco.

3. Irritantes

Son los principales responsables de la tos, del incremento de la mucosidad y del lagrimeo en los fumadores, a largo plazo son los componentes que producen patologías respiratorias como el enfisema pulmonar o la bronquitis crónica.

4. Nicotina

Es la responsable de la adicción. Además, es el principal alcaloide del tabaco, presente en las hojas de la planta y en el humo procedente de su combustión. De naturaleza volátil, es la sustancia que da al tabaco su olor característico.

En los cigarrillos se encuentra en forma de sal ácida, por lo que no se disuelve en la saliva y no se absorbe por la mucosa bucal. El fumador de cigarrillos se ve obligado a inhalar profundamente el humo para que llegue a los alvéolos pulmonares y a través de ellos pase a la sangre.

Por el contrario en los puros y en tabaco de pipa se encuentra en forma alcalina, por lo que se disuelve en la saliva, y se absorbe bien por la mucosa de la boca y de la faringe. Esta diferencia explica que los fumadores de puros o pipas no tengan que inhalar el humo para experimentar los efectos de la nicotina.

Una vez en el torrente sanguíneo la nicotina llega al cerebro en siete segundos.

La nicotina se clasifica farmacológicamente entre los estimulantes menores del S.N.C. Tiene no obstante, un efecto bifásico, pudiendo el fumador regularlo para que sea estimulante o relajante (básicamente, controlando la frecuencia y la profundidad de las aspiraciones).

La nicotina tiene una vida media aproximada de unas dos horas. A partir de este tiempo, a medida que su concentración sanguínea (nicotemia) va disminuyendo, el fumador comienza a experimentar deseos de fumar.

Se metaboliza en el hígado y se elimina por el riñón, siendo facilitado este proceso por la acidificación de la orina.


¿Qué efectos produce?

La nicotina es una sustancia estimulante, pero la mayoría de los fumadores creen que el fumar les relaja, pero en realidad es porque calma la ansiedad provocada por la falta de nicotina en el cuerpo (un síntoma del síndrome de abstinencia).

Desde el momento que un individuo se convierte en un fumador habitual, los componentes tóxicos del humo del tabaco comienzan una lenta pero infatigable labor.

Un gran número de enfermedades, en diversos sistemas de nuestro organismo, resultan provocadas o favorecidas por el tabaquismo.

Aparecen, en un principio, esas "pequeñas" señales de alarma a las que el fumador se habitúa a pesar de que van progresivamente mermando su calidad de vida (cansancio, tos, expectoraciones, etc...). Son el principio de unos efectos negativos de los que se pueden destacar estos.

Efectos a corto plazo:

  • Fatiga prematura.
  • Mayor riesgo de anginas.
  • Aumento de constipados.
  • Tos y expectoraciones.
  • Pérdida de apetito.
  • Alteraciones del ritmo del pulso.
  • Color amarillento de los dedos y dientes.
  • Mal olor que se desprende de la boca y del aliento.

¿Qué riesgos provoca?

Existen una serie de enfermedades que se encuentran directamente relacionadas con el tabaquismo, como son: el cáncer de pulmón, la bronquitis, el enfisema pulmonar y los problemas cardiovasculares.

Hay otras enfermedades que también suelen aparecer en fumadores, como otras formas de cáncer (labio, boca, laringe, esófago y vejiga) y la úlcera gastroduodenal.

El riesgo de padecer estas enfermedades depende de cuatro factores:

  1. Consumo diario de cigarrillos: cuanto mayor es la dosis diaria mayor es el riesgo.
  2. Duración del consumo: Cuanto antes se empezó a fumar y más largo es, por tanto, el periodo de su vida durante el cual un sujeto consume tabaco, regularmente, mayor es el riesgo de enfermar.
  3. La forma de fumar: aquellas formas que aumentan la exposición del organismo al humo (inhalación profunda y repetida, mantener el cigarrillo entre calada y calada), incrementan el riesgo.
  4. Tipo de cigarrillos: los cigarrillos con filtro, y aquellos que tienen un menor contenido de nicotina y alquitrán (a igual consumo), reducen el riesgo de enfermar.

Tabaco y aparato respiratorio

La exposición constante de las vías respiratorias a los componentes tóxicos del humo del tabaco, incrementa la producción mucosa, dificulta la acción limpiadora de las células ciliares y reduce la eficacia del sistema inmunitario. A consecuencia de este proceso, comienzan a aparecer los síntomas más frecuentes entre los fumadores (tos y expectoración), primeros síntomas indicadores de disfunción en el sistema. A medida que va aumentando la gravedad puede aparecer:

  1. Bronquitis crónica: Inflamación permanente que resulta de la irritación continuada del árbol bronquial.
  2. Enfisema pulmonar: Se caracteriza por la destrucción progresiva de los alvéolos y la retención de aire en los pulmones.
  3. Cáncer de pulmón: El hábito de fumar es el factor causal en la aparición de la mayor parte del cáncer de pulmón, por lo que prácticamente desaparecería si se eliminara el hábito de fumar.

Tabaco y aparato circulatorio

Los efectos del humo del tabaco sobre el aparato cardiocirculatorio, son debidos a la acción de la nicotina y el CO2.

La nicotina aumenta la presión arterial (sobrecargando las paredes de las arterias), la frecuencia cardiaca (sobrecargando de trabajo al corazón) y la coagulabilidad de la sangre (incrementando la presencia de lípidos y favoreciendo al formación de trombos). El CO2 disminuye la oxigenación del organismo (hipoxia), lo que tiene efectos negativos, especialmente sobre el corazón.

Esto puede llegar a producir arteriosclerosis, que afecta fundamentalmente a las arterias del corazón, el cerebro y las extremidades, y que puede dar lugar a distintas formas de patología:

  1. Enfermedades coronarias: por obstrucción de las arterias coronarias (cardiopatía isquémica, angina de pecho e infarto de miocardio);
  2. Accidentes cerebro vasculares: por obstrucción de las arterias cerebrales (hemorragia, trombosis y embolias cerebrales); Pueden dar lugar a muerte súbita;
  3. Enfermedades vasculares periféricas: por déficit de riesgo en las extremidades superiores e inferiores.

Tabaco y aparato digestivo

Por causa del efecto de la nicotina, se favorece la aparición de enfermedades como la gastritis crónica, (dos veces más frecuente en fumadores que en no fumadores), la úlcera gastroduodenal y la esofagitis por reflujo.

Tabaco y embarazo

Evidencias científicas apoyan la influencia del tabaquismo en el bajo peso de los recien nacidos y de los problemas que se producen en el desarrollo y crecimiento del feto; además de aumentar las posibilidades de abortos espontáneos, nacimientos prematuros y complicaciones durante el embarazo y en el parto.


Consejos para padres

Qué debemos hacer

  1. Primero hay que darles un buen ejemplo, si nuestros hijos nos ven fumando, aprenderán este comportamiento, sobre todo no es conveniente que nosotros abusemos en el consumo de tabaco.
  2. Debemos ser críticos ante la publicidad de tabaco que aparecen en los medios de comunicación y enseñar a nuestros hijos a verlas de una manera constructiva sin caer en los mitos que de esta publicidad se derivan.
  3. Debemos enseñar a nuestros hijos a resolver los problemas que les surjan de una forma adecuada y que no vean el consumo de tabaco como la forma de resolver u olvidar sus problemas o de ser como los mayores.
  4. Dialogar con los hijos y mantener conversaciones claras y sin tabúes sobre el tabaquismo es una buena forma de prevenir el futuro consumo o los problemas derivados del mismo.
  5. Hacer ver a nuestros hijos y enseñarles a tratar a los fumadores con respeto y que sepan que es un problema que se puede tratar e incluso animarles a ayudar a personas que tengan esta problemática.

Qué NO debemos hacer

  1. Utilizar cualquier celebración o acontecimiento para consumir tabaco delante de nuestros hijos.
  2. Animar a los niños a fumar o a simular fumar, aunque sea en un momento puntual, con algún motivo festivo o intencionado.
  3. Asociar la diversión y el ocio con el consumo del tabaco.
  4. Ser permisivo y dejar pasar episodios de consumo, en vez de dialogar con los hijos después de alguno de estos episodios.
  5. No querer hablar del consumo de tabaco o hacerlo de una forma autoritaria.
  6. Consumir habitualmente tabaco en casa.

Consejos para jóvenes

Como hemos visto, el tabaco es una de las drogas más consumidas, entre otras cosas, porque en nuestra sociedad se relaciona el consumo de tabaco con todo tipo de actos sociales, esta relación lleva a que en ocasiones se abuse del consumo y se realice de una forma compulsiva, inconsciente y poniendo en riesgo nuestra propia salud, por eso queremos ofrecer una serie de recomendaciones:

NO consumir

  1. Si eres menor de 18 años (afecta más a tu organismo y está prohibido por la ley).
  2. Si padeces o has padecido alguna enfermedad de pulmón, asma o afectaciones del aparato respiratorio.
  3. Si estás embarazada.
  4. Si el motivo que te lleva consumir, es porque lo hacen tus amigos.
  5. Si piensas que te puede tranquilizar o animar.

Reduce los riesgos

Si aún después de estos consejos, consumes tabaco, ten en cuenta esto:

  1. Antes de fumar hay que ser educado y preguntar si molestas a los que están contigo.
  2. Deja la última parte del cigarrillo en el cenicero, es la que tiene mayor concentración de sustancias tóxicas.
  3. No fumar en circunstancias especiales: conduciendo, en la cama, en ambientes cerrados (ascensores) o en presencia de niños o enfermos.
  4. Deja pasar al menos una o dos horas entre cada cigarrillo, incluso más tiempo.
  5. Apagar bien el cigarrillo puede prevenir muchos incendios.
  6. Hacer algún ejercicio físico o deporte, y si te encuentras mal, con tos, o con asfixia al esfuerzo, acude al médico.

Consejos para educadores

Tanto la educación formal (centro escolar), como la no formal (asociaciones, centros jóvenes...) ocupan un lugar privilegiado para poder poner en marcha actuaciones de prevención del consumo de alcohol, tabaco y otras drogas entre los más jóvenes, pero antes de iniciar cualquier actividad o programa preventivo lee estas sugerencias que te proponemos.

Sugerencias preventivas

Existen tres campos básicos sobre los que incidir en un programa de prevención: la información, las actitudes y las habilidades sociales.

1. La información

La información es básica, pero no es suficiente.
En muchas ocasiones las personas que consumen alcohol tiene una buena información sobre esta sustancia y cómo afecta a su organismo pero, a pesar de todo, continúan consumiendo.

No seas alarmista.
La información que se ofrezca a los jóvenes no debe ser alarmista, sobre todo en el alcohol, ya que la sociedad les da otra información que se contradice con ésta.

Responder las dudas y cuestiones de los alumnos.
Hay que tener siempre en cuenta que la mejor información es la que da respuesta a los planteamientos y las dudas de los chicos y chicas con los que trabajes.

2. La importancia de las actitudes

Trabaja sobre las actitudes y creencias del consumo, fomentando una actitud positiva del no consumo y de los beneficios de un estilo de vida saludable. De esta forma se podrá actuar de una manera más efectiva sobre la conducta.

3. Las habilidades sociales

Éste es un tema imprescindible en cualquier programa de prevención. De esta forma darás herramientas a los chicos y chicas para hacer frente a la presión de grupo, favorecer la asertividad (ponerse en el lugar del otro) y poder defender sus ideas y opiniones frente a los ofrecimientos de consumo.

Fases a trabajar en un tema de drogodependencias

Para poder trabajar un tema de drogodependencias con jóvenes y adolescentes proponemos una serie de fases que sirvan como orientación y guión y que puedan ser útiles; estas fases deben tratarse a lo largo de diferentes momentos y de forma continuada durante al menos 3-4 años seguidos, ya que una vez superada una fase conviene trabajar la siguiente, de forma que se complete la información, los conocimientos y las actitudes conseguidas en la fase anterior:

Fase 1ª:

Proporcionar:

  • Información básica del funcionamiento corporal y de cómo cuidarlo.
  • Precauciones que se deben seguir en casa sobre el uso de medicamentos y otras sustancias que pueden ser dañinas.
  • Algunos conocimientos elementales sobre las drogas y los daños que producen.
  • Saber qué profesionales se relacionan con la salud.
  • Saber quién puede ayudar cuando tienen preguntas o dudas.

Cómo:

  • Comunicando las impresiones y dudas sobre enfermedades y consumo de medicamentos.
  • Siguiendo las normas de seguridad elementales.
  • Definiendo cuándo y cómo buscar ayuda de los adultos y de profesionales.

Para:

  • Reconocer y valorar el cuerpo y la singularidad propia.
  • Crear actitudes acerca del uso de las drogas.
  • Dar respuesta eficaz a la publicidad y presión hacia el consumo de sustancias tóxicas.

Fase 2ª:

Proporcionar:

  • Información más detallada sobre el funcionamiento del cuerpo y sus cuidados.
  • Conocer los tipos de medicamentos, drogas legales e ilegales, efectos y riesgos asociados.
  • Saber los aspectos generales de las leyes sobre uso de drogas legales e ilegales.
  • Conocer quién puede ayudar cuando se tienen preguntas o dudas.
  • Saber los riesgos de la manipulación de jeringuillas, rulos y agujas usadas.

Cómo:

  • Identificando riesgos.
  • Enseñando estrategias para enfrentarse con la influencia de los compañeros.
  • Comunicándose con los adultos.
  • Sabiendo tomar decisiones y fomentando la asertividad en situaciones relacionadas con el uso de drogas.
  • Ayudando para poder dar y recibir ayuda.
  • Informando sobre las precauciones básicas en el uso de medicamentos.

Para:

  • Valorar correctamente a uno mismo y a los demás.
  • Crear actitudes y creencias adecuadas sobre las drogas y las personas que usan o abusan de ellas.
  • Responder a la publicidad y tratamiento que hacen los medios de comunicación sobre alcohol, tabaco y drogas legales.
  • Responsabilizarse de uno mismo y de la propia conducta.

Fase 3ª:

Proporcionar:

  • Información sobre drogas legales e ilegales, sus efectos y riesgos para la salud.
  • Conocer conceptos y terminología básica: uso, abuso, adicción, tolerancia, dependencia, sobredosis, síndrome de abstinencia, etc.
  • Conocer las clases de drogas según sus efectos.
  • Informar de las Leyes sobre drogas.
  • Relacionar el abuso de drogas y deporte.
  • Conocer los efectos de los distintos niveles de ingesta de alcohol.
  • Conocer los diferentes organismos locales y nacionales que pueden proporcionar ayuda y consejo.

Cómo:

  • Identificando los riesgos para la salud.
  • Aprendiendo a comunicarse con los compañeros, los padres y los profesionales.
  • Tomando decisiones adecuadas y fomentando la asertividad en situaciones de uso inadecuado de drogas.
  • Sabiendo dar la ayuda adecuada cuando es necesario (por ejemplo, cómo atender a un accidentado).

Para:

  • Adecuar las actitudes y creencias sobre las drogas y sus consumidores en los distintos grupos sociales.
  • Solventar el impacto de los medios de comunicación y publicidad sobre las opiniones de los jóvenes.
  • Implantar actitudes realistas hacia las drogas y las leyes sobre drogas.
  • Reconocerse a uno mismo y el papel que representa, y asumir la responsabilidad del comportamiento propio.
  • Asumir la responsabilidad sobre la seguridad propia y de los demás.

Fase 4ª:

Proporcionar:

  • Información sobre las drogas, incluyendo su estatuto legal y sus efectos.
  • Consecuencias personales, sociales, económicas, físicas y psicológicas del abuso de drogas.
  • Patrones de uso de drogas y su impacto sobre la comunidad.
  • Daños que ocasiona cada droga, la mezcla de drogas, y su uso en determinadas situaciones.

Cómo:

  • Reconociendo y valorando situaciones de riesgo.
  • Tomando decisiones adecuadas y fomentando la asertividad en situaciones de uso de drogas.
  • Manejando los conflictos y canalizando adecuadamente conductas agresivas.
  • Facilitando información para aconsejar a los compañeros sobre el uso de drogas.
  • Dando la ayuda e información adecuada en distintas situaciones.

Para:

  • Superar y no ceder ante las influencias sociales y culturales sobre los jóvenes.
  • Promocionar actitudes adecuadas hacia las drogas, sus consumidores y los que abusan de ellas, y hacia las leyes sobre drogas.
  • Conocer y cumplir las leyes sobre venta de alcohol y de tabaco.
  • Fomentar la responsabilidad individual sobre el propio comportamiento.

Test de Fagerström de dependencia de la nicotina

Este test sirve para evaluar el grado de dependencia física de la nicotina.

Está formado por 6 ítems con dos o cuatro alternativas de respuesta. La puntuación oscila entre 0 y 10.

Puntuaciones altas en el test de Fagerström (6 ó más) indican un alto grado de dependencia; por el contrario puntuaciones bajas no necesariamente indican un bajo grado de dependencia.

Lee las preguntas del test y calcule su puntuación.

Test de Fagerström de dependencia de la nicotina (1991)

Pregunta Respuesta Puntuación
¿Cuánto tiempo después de despertarse fuma su primer cigarrillo? Menos de 5 minutos
6-30 minutos
31-60 minutos
Más de 60 minutos
3
2
1
0
¿Encuentra dificultad para no fumar en los sitios donde está prohibido (cine...)?
No
1
0
¿Qué cigarrillo le desagrada más dejar de fumar? El primero
Otros
1
0
¿Cuántos cigarrillos fuma cada día? Más de 30
21-30
11-20
Menos de 11
3
2
1
0
¿Fuma más durante las primeras horas tras levantarse que durante el resto del día?
No
>1
0
¿Fuma aunque esté tan enfermo que tenga que guardar cama la mayor parte del día?
No
1
0