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¿Qué es?

La cannabis sátiva: es una planta que puede llegar a medir unos seis metros de altura en las condiciones más favorables; es un vegetal dióico, es decir, que tiene plantas macho y hembra que crecen por separado.

En ambientes húmedos segrega una gran cantidad de resina, que las hace pegajosas al tacto, por lo que se dice que puede ser un mecanismo de defensa frente a la humedad ambiental.

El sexo de la planta se diferencia por el examen de las flores, las masculinas pueden apreciarse a simple vista y se agrupan en racimos, y las femeninas son casi invisibles y se agrupan en espigas.

El fruto "cañamones", tiene forma globular, de unos cinco milímetros de diámetro, que se emplea para la alimentación de las aves, y para la extracción de aceite.

Esta planta tiene alrededor de sesenta componentes, entre ellos está el THC (tetrahidrocannabinol), que es el componente más conocido y con mayor psicoactividad. La mayor parte de estos componentes se encuentra en las flores, de la planta hembra, las hojas y los tallos presentan menos cantidad. El cultivo clandestino ha desarrollado variedades hasta ahora desconocidas, denominadas de forma genérica "sinsemilla". Estas variedades tienen mucha mayor cantidad porcentual de cannabinoles que las cultivadas de forma tradicional o silvestre.

Todas las partes de esta planta contienen en mayor o menor proporción THC; esta cantidad depende de múltiples factores, especialmente de la forma de recolección y de cultivo. Los cigarrillos de marihuana consumidos en los años 70 contenían ente 5-30 miligramos de THC, aproximadamente; actualmente, debido a la variedad de la planta y la forma de cultivo, puede alcanzar hasta los 150 miligramos o el doble si hablamos de la resina, lo que supone, entre 5-10 veces más de contenido psicoactivo por cada cigarrillo de marihuana.

En función de la parte consumida y su forma de elaboración, podemos clasificar los derivados del cannabis en tres grupos que son:

  • Marihuana: preparado con hojas secas y flores, que contiene entre 6 y 14% de THC (actualmente en ocasiones puede superar este porcentaje).
  • Hachís: preparado de resina segregada por la planta de cannabis o hirviendo esta planta. Las tonalidades que presenta pueden variar dependiendo del origen de la planta (verde oscuro tirando a marrón en Marruecos, negro del Líbano y Medio Oriente, y negro como brea en Nepal). Contiene entre un 15 y un 30% de THC, dependiendo de la variedad.
  • Aceite de hachís: preparado mediante la destilación de la planta en disolventes orgánicos. Dependiendo de la técnica y de los aparatos empleados en la destilación puede llegar a alcanzar un 65% de contenido de THC.

Forma de consumo

  • Fumada o inhalada: la forma habitual de consumo de cannabis es fumado, mezclado con tabaco (hachís) o sólo (marihuana) en forma de cigarrillo , llamados porro, canuto, petardo.. también se puede fumar en pipas cortas y con cazueleta ancha llamadas hachicheros. Otra forma de consumo es con pipas de salón llamadas "argilas". El pie de estas pipas es un recipiente donde se coloca líquido con el fin de humidificar el humo para que no dañe la garganta.
  • Oral o ingerida: la resina es introducida en los alimentos elaborando pasteles, caramelos, etc, en ocasiones las hojas y los tallos son utilizados para la elaboración de productos destinados al consumo alimentario(tortillas, empanadas...)

¿Qué efectos produce?

Los efectos suelen comenzar pasados unos 10 minutos aproximadamente, cuando la vía es fumada; y de unos 20 a 60 minutos, después de la ingestión.

La duración de los efectos de esta sustancia es más prolongada y de menos intensidad cuando se ingiere, que cuando se fuma, debido a que la velocidad de absorción por vía respiratoria es más rápida que por vía digestiva. La cantidad exacta absorbida por vía pulmonar depende de numerosos factores, entre los que destacamos: la velocidad con que se fuma, la profundidad y el volumen de la inhalación y el tiempo que la persona retiene la espiración después de inhalar.

  • Efectos psíquicos: acción euforizante, con tendencia a la risa fácil, alteración del sentido del tiempo o la secuencia de los acontecimientos, puede aparecer despersonalización, fuga de ideas, y alteraciones de la memoria, aumenta la percepción de colores y de sonidos. A dosis más elevadas puede aparecer estado de pánico, alucinaciones y psicosis de tipo paranoide o esquizofrénico (psicosis por consumo).

A esta fase euforizante, casi siempre le sucede otra depresiva con aumento del sueño.

  • Efectos físicos: tos seca, taquicardia, irritación conjuntiva, y un ligero aumento de la presión arterial. Si la dosis es elevada se produce el efecto contrario. También puede aparecer sequedad de boca, presión ocular, desorientación e incapacidad para la concentración.

Debido al consumo fumado se produce un aumento del volumen y frecuencia cardiaca, que puede presentar riesgo añadido a personas que padecen enfermedades cardiovasculares.

Si el consumo es oral, se puede producir intoxicación debida a la mezcla con otros productos alimenticios o a la cantidad de sustancia utilizada.


¿Qué riesgos provoca?

¿Qué consecuencias tiene a largo plazo?

Se pueden llegar a producir tres tipos de consecuencias debidas a un consumo excesivo y/o continuado del cannabis o de cualquiera de sus derivados.

  • Complicaciones psicológicas: dosis elevadas pueden dar lugar a la aparición de psicosis tóxica aguda, caracterizada por ansiedad, delirios paranoides o de persecución e ideas de suicidio, suele estar acompañada de pánico, paranoia, depresión y desorientación en el tiempo y en el espacio. Esta complicación al ser producida por el consumo suele tener una duración de entre uno y once días, siempre supeditados a la abstinencia de la sustancia.
  • Complicaciones físicas: el uso prolongado puede producir complicaciones crónicas que afectan: al sistema respiratorio, provocando irritación bronquial y pulmonar; al sistema endocrino, ginecomastia (tumores en los órganos sexuales), reducción de la cantidad y calidad del esperma en los hombres. El consumo durante el embarazo hace que se produzca disminución en el peso del recién nacido, y un incremento de las posibilidades de nacimientos con malformaciones.
  • Síndrome amotivacional: el uso continuado y crónico de la marihuana se ha asociado con este síndrome, caracterizado por: apatía, frustración fácil, pérdida de eficacia al desarrollar trabajos, falta de concentración, y una falsa idea de productividad elevada. Las personas que padecen este síndrome, tienden a ser menos compatibles y sociales con los familiares y amigos, comportarse de forma más independiente y menos involucrados en el trabajo o las instituciones convencionales, se comportan de forma más problemática en el cumplimiento de las reglas y costumbres sociales y suelen tener mayor tolerancia hacia las conductas socialmente desviadas. Esto en ocasiones, le produce problemas judiciales y/o sociales.

Guía orientativa sobre drogas para padres preocupados por sus hijos

En esta guía se indican unas pautas de comportamiento orientativas para los padres y madres y se alerta sobre actitudes que la experiencia demuestra que son contradictorias.

Criterios a seguir:

  1. Establecer pautas y normas de convivencia saludables, siendo ambos padres consistentes en las mismas y yendo "a una", referentes a:
    • Responsabilidad en casa.
    • Toma de iniciativa a nivel personal, cultural, laboral, etc...
    • Mejorar las relaciones familiares.

    Hacerle llegar al hijo, discriminando claramente las consecuencias positivas y negativas de su comportamiento.

  2. Entrenamiento en solución de problemas:
    • Definir el problema describiendo la conducta problemática y especificando la situación en la que se presenta, reacciones de la familia ante la misma y consecuencias que tiene.
    • Definir los cambios deseados para un mejor funcionamiento de la familia.
    • Definir la conducta problemática de forma positiva, siempre que esto sea posible.
    • Generar, por parte de la familia, soluciones y alternativas al problema para elegir las más adecuadas.
  3. Establecer los medios favorables para que las alternativas elegidas se lleven a cabo (negociando un cambio en al relación padres-hijo, ensayando pautas de comunicación,...)

Pautas para padres ante las drogas

Cómo prevenir con sus hijos el consumo de drogas

EVITE:

  • Administrar castigos severos para evitar la agresividad del hijo, porque esto puede ocasionar que sean poco agresivos en casa y muy agresivos fuera del hogar (=sumisión).
  • Ignorar los problemas escolares y personales de sus hijos porque considera que son "cosas de niños".
  • Hablar como si lo supiera todo, sin escuchar sus opiniones y vivencias.
  • Tomar medidas de coacción, sin razonar, que limiten su libertad abusivamente.
  • Mantener posturas excesivamente tolerantes.
  • No tener tiempo para ellos.
  • Ocultarles información en todo aquello que les pueda afectar ahora o en el futuro.
  • Que dependan de usted, excesivamente y sin necesidad.
  • Hacer de su hogar un sitio inaguantable.
  • Que existan contradicciones, con respecto a la educación de sus hijos, entre el padre y la madre.

PROCURE:

  • Sentirse a gusto con ellos, participe con ellos en el ambiente familiar.
  • Escucharles y razonar cuando no estén de acuerdo con sus opiniones.
  • Seguir su rendimiento escolar y atender a los problemas que vayan surgiendo en su desarrollo.
  • Ayudarles y facilitarles la comunicación con los demás.
  • Informar a sus hijos sobre estos temas de interés para ellos, con veracidad y credibilidad, teniendo en cuenta su edad. Formarse para poder informar y mantener su papel de educador.
  • Reducir el consumo habitual de drogas legales (alcohol, tabaco, etc...), pues no debe olvidarse que es un modelo a imitar.
  • Sugerir actividades de tiempo libre, deportivas, culturales, fomentándolas desde la familia.
  • Facilitar el contacto a sus hijos con asociaciones juveniles, grupos deportivos y ecológicos, alentando su integración en estas actividades.
  • Fomentar la creatividad, enseñándoles a resolver posibles nuevas situaciones.

Si su hijo ya se ha iniciado en el consumo

EVITE:

  • Desesperarse, no todos los que se inician en el consumo de drogas se convierten en consumidores habituales.
  • Culparle, ni "echarle en cara" todo lo que usted ha hecho por él.
  • Convertirse en perseguidor, obsesionado por seguir sus pasos.
  • La crítica continuada y violenta de su comportamiento.
  • Utilizar el castigo como único recurso para evitar que continúe consumiendo.
  • Acosarle continuamente con preguntas, sospechas, acusaciones, pues ello sólo conseguiría que se aleje de usted cada vez más.
  • Desentenderse de él, no prestándole atención.

PROCURE:

  • Dialogar con su hijo analizando las circunstancias que le llevaron al consumo.
  • Favorecer el acercamiento de su hijo hacia usted, comportándose de manera que su hijo vea en usted alguien en quien recurrir en solicitud de ayuda, y no alguien del que hay que huir por temor al castigo.
  • Mostrarle su afecto por lo que él es, independientemente de lo que haga.
  • Reflexionar en común sobre lo que pueden hacer por su hijo. Intenten dedicarle más tiempo y prestarle algo más de atención.
  • Entender que están ante una persona que tiene problemas y no ante "un problema".

Si su hijo no está por dejar las drogas

EVITE:

  • Ceder ante los chantajes que su hijo pudiera hacer a su familia, con amenazas de lesionarse, delinquir o promesas de curación.
  • Discutir violentamente con él, haciéndole cargar con sus desilusiones, impotencias y miedos.
  • Presentarse como el bueno que todo lo ha dado por él y sólo recibe disgustos a cambio.
  • Echarse la culpa, exclusivamente, por lo que ha ocurrido y angustiarse por ello.
  • Amenazarlo, coaccionarlo, o chantajearlo para que se someta a un tratamiento.

PROCURE:

  • Intentar hablar con él con confianza y respeto.
  • Reconocer y asumir que no consume drogas porque quiere. Las drogas pueden estar ya controlando su conducta.
  • Aprovechar cuantas ocasiones favorables se les presenten para que inicie el tratamiento.
  • Establecer unos límites de convivencia familiar, dentro de los cuales su hijo reciba siempre atención por parte de la familia.
  • Mantener la calma ante el síndrome de abstinencia sin aceptar el chantaje.

Si su hijo se ha decidido a dejarlas

EVITE:

  • Reprochar anteriores comportamientos (drogas, delincuencia, determinadas amistades, etc...)
  • Adoptar comportamientos rígidos que implique ponerle condiciones muy difíciles de conseguir en su estado actual.
  • Que su hijo le imponga sus propias condiciones para someterse a tratamiento.
  • Desentenderse del tratamiento que le sea prestado a su hijo

PROCURE

  • Acudir a profesionales cualificados que le asesoren sobre el tratamiento más adecuado para su caso particular.
  • Colaborar con los profesionales encargados del tratamiento de su hijo, participando activamente en el mismo.
  • Adoptar una postura comprensiva, entendiendo que su hijo es el primer interesado en dejar las drogas.
  • No desalentarse si, durante el tratamiento, el comportamiento de su hijo no se adapta exactamente a lo que usted espera de él.

Si su hijo ya no consume drogas

EVITE:

  • Mostrarle desconfianza. Puede retrasar su rehabilitación e incluso provocar una recaída.
  • Reaccionar con violencia ante una recaída.
  • Imponerle normas estrictas de comportamiento por miedo a que vuelvan a consumir drogas.
  • Esperar a prestarle ayuda hasta que se aseguren de que no volverá a consumir drogas.
  • "Pasarle factura" recordándole que sufrieron con su problema.

Algunas pautas que pueden ser orientativas de una adicción a drogas

  • Pérdida de responsabilidades.
  • Bajo rendimiento de la escuela, bajo nivel de atención, poca resistencia a las clases, ausencia no justificada, descuido en su trabajo...
  • Aislamiento físico, tendencia a aislarse en su habitación.
  • Disminución de la comunicación verbal y afectiva. Enfriamiento en las amistades.
  • Empobrecimiento del vocabulario. Ralentizamiento en la verbalización. Repetición de palabras y frases frecuentemente.
  • Abandono de aficiones.
  • Cambios bruscos de humor. Depresivos y taciturnos en ambientes normativos.
  • Trastornos del sueño con insomnio y/o pesadillas y temblores.
  • Pérdida de peso o apetito excesivo.
  • Cambio brusco en el cuidado y aseo personal.

A continuación, presentamos algunas alteraciones del comportamiento que, estudios sobre el tema demuestran que son más frecuentes en los jóvenes que abusan de las drogas.

I. Trastorno de conducta:

  • Pelearse, pegar.
  • Desobediente, provocador.
  • Arrebatos emocionales.
  • Impertinente, descarado.

II. Problemas de atención:

  • Mala concentración.
  • Soñar despierto.
  • Torpe, mala coordinación.
  • Absorto, mirada perdida.
  • No termina las tareas, falto de perseverancia.
  • Impulsivo.

III. Hiperactividad motora:

  • Inquietud, hiperactivo.
  • Excitable, impulsivo.
  • Intranquilo, agitado.
  • Charlatán.
  • Hace ruidos raros.

IV. Agresividad socializada:

  • Tiene malos compañeros.
  • Ausente en casa.
  • Gandul en la escuela.
  • Roba en compañía de otros.
  • Leal con sus amigos delincuentes.
  • Pertenece a una banda.

V. Retraimiento ansioso-deprimido:

  • Ansioso, temeroso, tenso.
  • Reservado, tímido, vergonzoso.
  • Aislado, encerrado en sí mismo.
  • Deprimido, triste, alterado.
  • Hipersensibilidad, fácilmente herido.
  • Se siente inferior, inútil.

VI. Esquizoide-insensible:

  • No quiere hablar.
  • Aislado.
  • Triste.
  • Mira sin comprender.
  • Confuso.

Consejos para jóvenes

Hay que tener en cuenta que todas las drogas pueden llegar a producir dependencia física y/o psíquica.

1. Las drogas producen, al ingerirlas un efecto placentero. Ese efecto placentero hace que sea muy atractivo volver a tomarlas. El consumo continuado conlleva consigo el riesgo de convertirse en hábito o adicción: deja de ser una decisión el consumir para pasar a ser una necesidad, una dependencia. Es importante que mantengas espacios de relación y formas de divertirte alternativas a ir siempre colocado.

2. Una vez que empiezas a realizar un consumo continuado, la dosis habitual no te hace el mismo efecto que antes, Es el momento de dejar de consumir y plantearse una abstinencia. Lo que ocurre es que el cuerpo se ha acostumbrado a la sustancia y necesitas más cantidad para el mismo efecto (tolerancia). Incrementar la dosis significará siempre un mayor riesgo.

Por todo esto y lo que has ido viendo en las páginas de información y riesgos, te aconsejamos que lo mejor para ti y tu salud es no consumir y si te encuentras en un ambiente consumidor, ten en cuenta esto:

  • Respeta la decisión de quien quiere, como de quien no quiere tomar. Ni des ni permitas que te den la vara. Si no quieres tomar, no tomes. Decide por ti mismo y no te dejes presionar para consumir.
  • Consumir drogas en situaciones donde se tiene muy fácil el acceso a ellas supone siempre un mayor riesgo de pasarse. Por ejemplo, para quien trabaja de noche.
  • En momentos de dificultades personales o depresión, las drogas, lejos de ayudar, pueden intensificar aún más la problemática y actuar como falso refugio.
  • Si te ves en la situación de haber probado una droga presionado por el grupo de amigos, es el momento de que cambies de amigos y de lugares de diversión. De este modo ni ciertos lugares ni ciertos amigos decidirán por ti.
  • Un mismo consumo afecta de diferente manera a diferentes personas. Es muy importante no generalizar y dejarse llevar por cómo afecta a otra persona y pensar que nos afectará igual. Hay ciertos efectos secundarios o cambios de carácter que son interpretados como algo normal cuando en realidad son advertencias que nos indican que deberíamos iniciar un proceso de no consumo.
  • Con respecto a drogas ilegales no podemos saber con seguridad que pureza o efectos potenciales tienen.
  • No olvides que consumir drogas ilegales en lugares públicos, puede conllevar sanciones administrativas y/o penales.

No consumir

Ten en cuenta estas recomendaciones que deberías cumplir en todos los casos:

  • Conducir bajo los efectos de drogas es un riesgo para quien conduce y para los demás.
  • Evita tomar si vas a realizar trabajos que por sí mismos ya comportan un riesgo.
  • Ten en cuenta que cuando se está colocado las cosas siempre se ven distintas y algunas sustancias favorecen la agresividad a quien ya tiene carácter irritable, así que tranquilidad y no meter a otros en malos rollos que no les van ni les vienen.
  • El sexo con drogas puede convertirse en un mal rollo. Puedes tener problemas con la erección, o el orgasmo. Pero aún peor sería que te olvidaras de ponértelo o ponérselo. El mejor sexo es el que no afecta a tu seguridad. Practica siempre sexo seguro.
  • El consumo limita las capacidades motoras e intelectuales y por eso no es adecuado tomarlo cuando se debe estudiar o trabajar.
  • Cualquier persona que padezca de diabetes, asma, tensión arterial alta, o alguna enfermedad cardiaca, epilepsia, o se está medicando debería de abstenerse de tomar estas sustancias.

¡¡ATENCIÓN!! ¡¡ATENCIÓN!! ¡¡ATENCIÓN!!

Si aún después de estos consejos consumes, ten en cuenta que debes reducir al máximo los riesgos de tomar drogas para evitar males mayores. Por esto, te aconsejamos que pidas ayuda profesional o que hables con gente que no consume, y que, en todo caso, sigas estas pautas, pero no olvides que lo mejor que puedes hacer es no consumir.

  • Donde hay cánnabis pueden haber otras drogas mucho más peligrosas. Por ello es importante tener una postura clara respecto al resto de sustancias.
  • El consumo diario de cánnabis puede conducir a dependencia psíquica.
  • Con los preparados gastronómicos se desconocen las dosis adecuadas y podemos encontrarnos con sorpresas desagradables. Hay que saber que el cánnabis ingerido puede tardar horas en hacer efecto.
  • Uno debe decidir cuándo quiere tomar y cuándo no.
  • El consumo nocturno de cannabis aún facilitando la relajación para conciliar el sueño puede dificultar un descanso adecuado del cuerpo.
  • La marihuana es diferente que el chocolate: normalmente, no está cortada y sus efectos pueden ser más intensos y prolongados.
  • Tener presente que al mezclar hachís y tabaco se toma también una de las sustancias más adictivas que se conocen.
  • El consumo de cannabis con alcohol incrementa la aparición de efectos secundarios y a elevadas dosis puede ocasionar la aparición de lipotimias por falta de oxigenación cerebral y vómitos.
  • El consumo público o tenencia puede suponer una sanción administrativa aunque, dependiendo de la cantidad hallada en la persona podrá ser acusada de tenencia por tráfico ilegal.

Consejos para educadores

Tanto la educación formal (centro escolar), como la no formal (asociaciones, centros jóvenes...) ocupan un lugar privilegiado para poder poner en marcha actuaciones de prevención del consumo de alcohol, tabaco y otras drogas entre los más jóvenes, pero antes de iniciar cualquier actividad o programa preventivo lee estas sugerencias que te proponemos.

Sugerencias preventivas

Existen tres campos básicos sobre los que incidir en un programa de prevención: la información, las actitudes y las habilidades sociales.

1. La información

La información es básica, pero no es suficiente.
En muchas ocasiones las personas que consumen alcohol tiene una buena información sobre esta sustancia y cómo afecta a su organismo pero, a pesar de todo, continúan consumiendo.

No seas alarmista.
La información que se ofrezca a los jóvenes no debe ser alarmista, sobre todo en el alcohol, ya que la sociedad les da otra información que se contradice con ésta.

Responder las dudas y cuestiones de los alumnos.
Hay que tener siempre en cuenta que la mejor información es la que da respuesta a los planteamientos y las dudas de los chicos y chicas con los que trabajes.

2. La importancia de las actitudes

Trabaja sobre las actitudes y creencias del consumo, fomentando una actitud positiva del no consumo y de los beneficios de un estilo de vida saludable. De esta forma se podrá actuar de una manera más efectiva sobre la conducta.

3. Las habilidades sociales

Éste es un tema imprescindible en cualquier programa de prevención. De esta forma darás herramientas a los chicos y chicas para hacer frente a la presión de grupo, favorecer la asertividad (ponerse en el lugar del otro) y poder defender sus ideas y opiniones frente a los ofrecimientos de consumo.

Fases a trabajar en un tema de drogodependencias

Para poder trabajar un tema de drogodependencias con jóvenes y adolescentes proponemos una serie de fases que sirvan como orientación y guión y que puedan ser útiles; estas fases deben tratarse a lo largo de diferentes momentos y de forma continuada durante al menos 3-4 años seguidos, ya que una vez superada una fase conviene trabajar la siguiente, de forma que se complete la información, los conocimientos y las actitudes conseguidas en la fase anterior:

Fase 1ª:

Proporcionar:

  • Información básica del funcionamiento corporal y de cómo cuidarlo.
  • Precauciones que se deben seguir en casa sobre el uso de medicamentos y otras sustancias que pueden ser dañinas.
  • Algunos conocimientos elementales sobre las drogas y los daños que producen.
  • Saber qué profesionales se relacionan con la salud.
  • Saber quién puede ayudar cuando tienen preguntas o dudas.

Cómo:

  • Comunicando las impresiones y dudas sobre enfermedades y consumo de medicamentos.
  • Siguiendo las normas de seguridad elementales.
  • Definiendo cuándo y cómo buscar ayuda de los adultos y de profesionales.

Para:

  • Reconocer y valorar el cuerpo y la singularidad propia.
  • Crear actitudes acerca del uso de las drogas.
  • Dar respuesta eficaz a la publicidad y presión hacia el consumo de sustancias tóxicas.

Fase 2ª:

Proporcionar:

  • Información más detallada sobre el funcionamiento del cuerpo y sus cuidados.
  • Conocer los tipos de medicamentos, drogas legales e ilegales, efectos y riesgos asociados.
  • Saber los aspectos generales de las leyes sobre uso de drogas legales e ilegales.
  • Conocer quién puede ayudar cuando se tienen preguntas o dudas.
  • Saber los riesgos de la manipulación de jeringuillas, rulos y agujas usadas.

Cómo:

  • Identificando riesgos.
  • Enseñando estrategias para enfrentarse con la influencia de los compañeros.
  • Comunicándose con los adultos.
  • Sabiendo tomar decisiones y fomentando la asertividad en situaciones relacionadas con el uso de drogas.
  • Ayudando para poder dar y recibir ayuda.
  • Informando sobre las precauciones básicas en el uso de medicamentos.

Para:

  • Valorar correctamente a uno mismo y a los demás.
  • Crear actitudes y creencias adecuadas sobre las drogas y las personas que usan o abusan de ellas.
  • Responder a la publicidad y tratamiento que hacen los medios de comunicación sobre alcohol, tabaco y drogas legales.
  • Responsabilizarse de uno mismo y de la propia conducta.

Fase 3ª:

Proporcionar:

  • Información sobre drogas legales e ilegales, sus efectos y riesgos para la salud.
  • Conocer conceptos y terminología básica: uso, abuso, adicción, tolerancia, dependencia, sobredosis, síndrome de abstinencia, etc.
  • Conocer las clases de drogas según sus efectos.
  • Informar de las Leyes sobre drogas.
  • Relacionar el abuso de drogas y deporte.
  • Conocer los efectos de los distintos niveles de ingesta de alcohol.
  • Conocer los diferentes organismos locales y nacionales que pueden proporcionar ayuda y consejo.

Cómo:

  • Identificando los riesgos para la salud.
  • Aprendiendo a comunicarse con los compañeros, los padres y los profesionales.
  • Tomando decisiones adecuadas y fomentando la asertividad en situaciones de uso inadecuado de drogas.
  • Sabiendo dar la ayuda adecuada cuando es necesario (por ejemplo, cómo atender a un accidentado).

Para:

  • Adecuar las actitudes y creencias sobre las drogas y sus consumidores en los distintos grupos sociales.
  • Solventar el impacto de los medios de comunicación y publicidad sobre las opiniones de los jóvenes.
  • Implantar actitudes realistas hacia las drogas y las leyes sobre drogas.
  • Reconocerse a uno mismo y el papel que representa, y asumir la responsabilidad del comportamiento propio.
  • Asumir la responsabilidad sobre la seguridad propia y de los demás.

Fase 4ª:

Proporcionar:

  • Información sobre las drogas, incluyendo su estatuto legal y sus efectos.
  • Consecuencias personales, sociales, económicas, físicas y psicológicas del abuso de drogas.
  • Patrones de uso de drogas y su impacto sobre la comunidad.
  • Daños que ocasiona cada droga, la mezcla de drogas, y su uso en determinadas situaciones.

Cómo:

  • Reconociendo y valorando situaciones de riesgo.
  • Tomando decisiones adecuadas y fomentando la asertividad en situaciones de uso de drogas.
  • Manejando los conflictos y canalizando adecuadamente conductas agresivas.
  • Facilitando información para aconsejar a los compañeros sobre el uso de drogas.
  • Dando la ayuda e información adecuada en distintas situaciones.

Para:

  • Superar y no ceder ante las influencias sociales y culturales sobre los jóvenes.
  • Promocionar actitudes adecuadas hacia las drogas, sus consumidores y los que abusan de ellas, y hacia las leyes sobre drogas.
  • Conocer y cumplir las leyes sobre venta de alcohol y de tabaco.
  • Fomentar la responsabilidad individual sobre el propio comportamiento.

Legislación

Como ocurre con las demás drogas, el consumo de cannabis "en lugares, vías, establecimientos o transportes públicos, así como la tenencia ilícita, aunque no estuviera destinado al tráfico", está contemplado en la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana como "infracción grave". Puede, por tal consideración, ser sancionado con multa de entre 300,51€ (50.000 pts.) y 30.050,61€ (5 millones de pts.)

Se prevé la posibilidad de suspender las sanciones "si el infractor se somete a un tratamiento de deshabituación en un centro o servicio debidamente acreditado, en la forma y por el tiempo que reglamentariamente se determine".

El Código Penal español no hace referencia al consumo de drogas, ni público ni privado. Contempla únicamente aquellas conductas relacionadas con la comercialización de las drogas y con la seguridad vial.

En interpretación del Código Penal, los Tribunales de Justicia no consideran el cannabis dentro de las "drogas que causan grave daño a la salud". Por tal motivo, la pena mínima para quienes la cultiven, elaboren, trafiquen, promuevan, favorezcan o faciliten su consumo, o lo posean con tales fines, será de uno a tres años de prisión, y la multa "del tanto al duplo" del valor de la droga.

Respecto a la conducción de vehículos a motor bajo la influencia de cualquier tipo de droga, el Código Penal establece una pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a 12 meses y, en su caso, trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días y, en cualquier caso, privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores de 1 a 4 años.